Corrí de noche sin entender, casi sin querer
No llegué para hablar contigo, llegué y estabas dormido.
Y soñé que la botella giraba en el suelo, y reíamos de rodillas sin parar, con la ropa mojada.
Quise guardar el sabor de tu existencia para remozar tus párpados
Intenté llenar de tus letras mis bolsillos, para aprender de tu palabra.
Y mis manos se pusieron heladas, las paredes agrietadas.
11 días y tus rodillas flectadas…
11 días y la botella no giraba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario