martes, 17 de mayo de 2011

Peces Por Serpientes

Parece un cuadro, que con luces azules y violetas, alumbran desde el final del largo pasillo, hasta la entrada. Si me acerco, puedo ver más…

Teníamos el acuario con muchos peces, muchos colores, luces que cambiaban de color, algunas piedras blancas, y muchas otras pequeñitas de tonalidades café, y algunas burbujillas que les hacían cosquillas. Se reproducían constantemente, ya casi era imposible llevar la cuenta, y estaban necesitando una casa más amplia. Y pese a que comían poco, se podía observar la indigestión de algunos. No sé si fue la abundancia la que nos llevó a deshacernos de éstos, o la misma sociedad individualista en la que vivimos. No sé a donde fueron, ni qué pasó con ellos, ¿dónde los enviamos?

Nos vimos en la inmensidad de pronto, algo verde frondoso, tan oscuro y tan húmedo... ¡tan tedioso! Avanzando en la incertidumbre de un venenoso ataque, esquivando cualquiera que así pareciera, y luchando con cuanta sombra hubiera. Es un recuerdo poco nítido en mi memoria.

-¿Dónde se esconden las serpientes no venenosas? Yo prefiero una de esas, creo que no hacen daño. Nunca me gustaron las serpientes, pero ahora sí quiero una.-

Finalmente logramos capturarla. No recuerdo cuánto tuvimos que luchar con ella, o qué tan dócil fue. ¡Pero el objetivo ya estaba en nuestras manos! Y en nuestros satisfactorios rostros se dibujó una tenue sonrisa, invadidos por una agradable brisa de tranquilidad, y sin pronunciar una palabra, retornamos.

Al fin ya estábamos frente al acuario, que me parecía mucho más grande de lo que recuerdo. Y con la serpiente en nuestras manos, y con un sentimiento de haber obrado bien, nos disponíamos a poner ésta dentro de la caja de vidrio. - ¡Ya está!, ahora la serpiente nos pertenece, qué agradable sensación, qué hermoso cuadro con luces azules y violetas…pero… ya no estoy tan segura de quererla, su mirada penetrante comienza a asustarme, ¿dónde están los peces?...Esta serpiente puede ser venenosa, confiar en ella podría ser mortal, las serpientes ni parecen amigables si quiera, y si alguna excepción hubiera, pues fingen. De seguro cuando te voltees, ésta te sorprenderá.

Ahora la serpiente me parece más grande y oscura, me me gusta… y no lo entiendo. Me alejo, y sin voltear, cada vez más, tranquila e inquieta, llego a la entrada… y sigue creciendo… veo el cuadro con luces, y sólo entonces, comprendí: He cambiado peces por serpientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario