jueves, 14 de julio de 2011

Ser

Dejamos los pasos a medio andar, bajamos los brazos sin respirar
y el silencio es un estruendo, a quien yo aún recuerdo.
Y me río, me escondo, y juego con ello

¿Cuándo el sol dejó de acostarse a nuestros pies?, ¿cuándo la luna dejó de importar?

¡Pero yo aún quiero cantar!

Dejamos de ir, dejamos de ver..
¿Cuándo dejamos de ser?

viernes, 20 de mayo de 2011

11 días...

Corrí de noche sin entender, casi sin querer
No llegué para hablar contigo, llegué y estabas dormido.

Y soñé que la botella giraba en el suelo, y reíamos de rodillas sin parar, con la ropa mojada.

Quise guardar el sabor de tu existencia para remozar tus párpados
Intenté llenar de tus letras mis bolsillos, para aprender de tu palabra.
Y mis manos se pusieron heladas, las paredes agrietadas.

11 días quise comprender…
11 días y tus rodillas flectadas…
11 días y la botella no giraba.

miércoles, 18 de mayo de 2011

...

Hoy intenté abrir la pequeña caja azul de cartel verde, quería entrar, y saborear los colores como aquella vez.

Y no me di cuenta, cuando de nuevo me encontraba en el rincón, junto a la ventana. La luz me parecía opaca, y el camino lento. Entonces recordé, que la caja ya no era igual, y estaba vacía, y tan fría, que no pude entrar.

martes, 17 de mayo de 2011

No importa

A veces los días se deslizan sin sentido, sin importar que es un día más de vida, y me muevo al ritmo, como programada…

Otras veces soy rara.
Normal y desquiciada.

Y no es de importancia que mi corazón ande a la velocidad de la luz, porque sus intensos miedos se reflejen sin un espejo. O que se me erice la piel cuando duele el sentimiento. O si me duermo, si despierto. O si no sé respirar, y me arranco de un lugar. O que los intereses de ayer, se confundan con los de hoy. O que matemáticas no es mi especialidad. Y que la melodía es mi mejor terapia. O que escribo de madrugada con la luz de mis ojos, a esa hora, cuando el insomnio tiene razón de ser. Y qué importa que me importe que mañana hay luna llena.

Y no es raro que nadie lea lo que escribo, o que nadie escuche lo que digo. No es raro sentarme a la mesa con los tuyos… tiene sentido cuando lo míos ya se han ido.

Peces Por Serpientes

Parece un cuadro, que con luces azules y violetas, alumbran desde el final del largo pasillo, hasta la entrada. Si me acerco, puedo ver más…

Teníamos el acuario con muchos peces, muchos colores, luces que cambiaban de color, algunas piedras blancas, y muchas otras pequeñitas de tonalidades café, y algunas burbujillas que les hacían cosquillas. Se reproducían constantemente, ya casi era imposible llevar la cuenta, y estaban necesitando una casa más amplia. Y pese a que comían poco, se podía observar la indigestión de algunos. No sé si fue la abundancia la que nos llevó a deshacernos de éstos, o la misma sociedad individualista en la que vivimos. No sé a donde fueron, ni qué pasó con ellos, ¿dónde los enviamos?

Nos vimos en la inmensidad de pronto, algo verde frondoso, tan oscuro y tan húmedo... ¡tan tedioso! Avanzando en la incertidumbre de un venenoso ataque, esquivando cualquiera que así pareciera, y luchando con cuanta sombra hubiera. Es un recuerdo poco nítido en mi memoria.

-¿Dónde se esconden las serpientes no venenosas? Yo prefiero una de esas, creo que no hacen daño. Nunca me gustaron las serpientes, pero ahora sí quiero una.-

Finalmente logramos capturarla. No recuerdo cuánto tuvimos que luchar con ella, o qué tan dócil fue. ¡Pero el objetivo ya estaba en nuestras manos! Y en nuestros satisfactorios rostros se dibujó una tenue sonrisa, invadidos por una agradable brisa de tranquilidad, y sin pronunciar una palabra, retornamos.

Al fin ya estábamos frente al acuario, que me parecía mucho más grande de lo que recuerdo. Y con la serpiente en nuestras manos, y con un sentimiento de haber obrado bien, nos disponíamos a poner ésta dentro de la caja de vidrio. - ¡Ya está!, ahora la serpiente nos pertenece, qué agradable sensación, qué hermoso cuadro con luces azules y violetas…pero… ya no estoy tan segura de quererla, su mirada penetrante comienza a asustarme, ¿dónde están los peces?...Esta serpiente puede ser venenosa, confiar en ella podría ser mortal, las serpientes ni parecen amigables si quiera, y si alguna excepción hubiera, pues fingen. De seguro cuando te voltees, ésta te sorprenderá.

Ahora la serpiente me parece más grande y oscura, me me gusta… y no lo entiendo. Me alejo, y sin voltear, cada vez más, tranquila e inquieta, llego a la entrada… y sigue creciendo… veo el cuadro con luces, y sólo entonces, comprendí: He cambiado peces por serpientes.

Mi mención honrosa

Todas las mañanas cuando me voy al colegio, veo a ese señor harapiento y de barba larga, a esa hora lleva su carrito de supermercado vacío. Pero cuando regreso por la tarde, lo veo de nuevo, y en su carrito lleva montones de trozos de cartón.

Mi papá dice que es un trabajo sacrificado, y yo creo que sí, porque una vez cuando venía del colegio, lo vi con su rostro bien cansado, parece que se levanta muy temprano y que cuando me lo encuentro en la mañana ya lleva horas trabajando. Ese día llevaba su carrito casi vacío. Entonces saqué de la mochila mi cajita de témperas, y se la di. Pensé que lo ayudaría.